10 razones por las que la apertura de fronteras no es bíblicamente válida
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Dios estableció fronteras nacionales: Según Hechos 17:26, Dios determinó los períodos y las fronteras de las naciones para preservar diversos grupos étnicos, indicando Su diseño para la distinción y el orden nacional.
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El Nuevo Cielo y la Nueva Tierra tienen fronteras definidas: Apocalipsis 21:27 señala que solo aquellos inscritos en el Libro de la Vida pueden entrar, mostrando que incluso en el reino eterno de Dios, hay acceso restringido.
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Los extranjeros en Israel debían respetar las leyes mosaicas y cívicas: Levítico 24:22 y 19:34 indican que, aunque Israel mostraba bondad a los extranjeros, se esperaba que estos respetaran y vivieran bajo las leyes del país.
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La compasión y la hospitalidad no eliminan la necesidad de orden y límites: 1 Timoteo 5:8 destaca la responsabilidad prioritaria de proveer para los propios, sugiriendo que, así como las familias gestionan sus hogares con discernimiento, las naciones deben salvaguardar su soberanía y administración.
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Una nación sin fronteras no es una nación, sino caos: Marcos 3:25 indica que ninguna unidad o estabilidad puede existir sin una identidad definida, que incluye fronteras reconocidas y leyes que las protejan.
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Dios condena la anarquía, y las fronteras abiertas a menudo fomentan la anarquía: 2 Tesalonicenses 2:7 asocia la anarquía con el espíritu de rebelión, sugiriendo que las fronteras abiertas sin un proceso legal adecuado pueden fomentar el desorden y la delincuencia.
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Las naciones sirven a un propósito distinto en el plan redentor de Dios: Apocalipsis 7:9 muestra que Dios honra la diversidad de naciones, y borrar las distinciones nacionales mediante ideologías sin fronteras socava el orden divino establecido para la prosperidad de diferentes pueblos.Wikipedia, la enciclopedia libre
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Las fronteras protegen a los ciudadanos del daño, lo cual es parte de la responsabilidad dada por Dios a los gobernantes: Romanos 13:4 indica que los líderes gubernamentales están llamados a proteger a su pueblo, y no hacer cumplir las fronteras puede exponer a los ciudadanos al peligro y la injusticia.
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El principio de propiedad privada en las Escrituras presume límites defendibles: Deuteronomio 19:14 enfatiza el respeto por los límites de propiedad, sugiriendo que las fronteras nacionales son una extensión de este principio a mayor escala.
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Babel fue un juicio contra el globalismo y la unificación mundial: Génesis 11:6-7 muestra que Dios dividió a las naciones en Babel para prevenir la tiranía global y la rebelión del hombre, indicando que la ideología de fronteras abiertas a menudo conduce hacia un gobierno mundial único, contrario a la intención de Dios de naciones separadas.
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