14 Razones por las cuales los Cristianos deben creer en la Sanidad Divina Parte 1
14 Razones por las cuales los Cristianos deben creer en la Sanidad Divina
Parte 1
Algunas personas dentro de la iglesia erróneamente alinean la doctrina de la sanidad física con el llamado “evangelio de la prosperidad”. Si bien desafío los principios del “evangelio de la prosperidad”, es crucial reconocer que la disposición de Dios para otorgarnos bendiciones físicas y materiales proviene de Su bondad inherente. La verdadera controversia con el evangelio de la prosperidad no radica en negar el deseo de Dios de enriquecernos física y financieramente, sino en la perspectiva problemática que promueve: buscar a Dios no por Su esencia, sino por los beneficios que proporciona. La verdadera fe prioriza buscar al Dador de bendiciones, no meramente las bendiciones en sí.
Las siguientes son 14 razones por las cuales creo que los cristianos deben creer en la sanidad divina:
- **Las sanidades divinas y los milagros son parte de la expansión global del cristianismo**
Académicos y teólogos que se han alejado del cesacionismo, la creencia de que los dones espirituales como la profecía, la sanidad y el hablar en lenguas cesaron con la era apostólica, a menudo lo hacen a la luz de la evidencia empírica del crecimiento de la iglesia y la manifestación de señales y maravillas. Esto es particularmente cierto en África, América Latina y Asia. Las observaciones del desarrollo dinámico del cristianismo en estas regiones, a menudo acompañadas de informes de milagros, sanidades y otras señales y maravillas, desafían la perspectiva cesacionista. Los académicos que valoran la evidencia empírica deben reconocer los informes generalizados de actividades sobrenaturales en estas vibrantes comunidades cristianas.
**Teología Contextual:**
Al presenciar los fenómenos espirituales en curso, algunos académicos han revisado los textos bíblicos para explorar la posibilidad de que el cesacionismo no sea una postura bíblicamente justificada. Sus estudios a menudo conducen a una visión más continuista de que los dones del Espíritu están disponibles y activos hoy.
Además, el crecimiento explosivo de los movimientos pentecostales y carismáticos en estas regiones, conocidos por su énfasis en el Espíritu Santo y los dones espirituales, proporciona una narrativa convincente de las expresiones del cristianismo del poder evangelístico.
Múltiples miles de casos documentados de sanidades y milagros desafían el cesacionismo:
Finalmente, algunos académicos y teólogos han cambiado sus puntos de vista basándose en encuentros personales o relatos de primera mano de los dones espirituales en acción dentro de estos contextos globales. Presenciar el impacto transformador de tales ministerios ha llevado a algunos a reconsiderar su postura sobre la cesación de los dones espirituales. Estos factores contribuyen a reevaluar el cesacionismo, especialmente a medida que el cristianismo continúa floreciendo en contextos donde se reportan señales y maravillas como parte del crecimiento y ministerio de la iglesia.
- **La palabra “salvación” implica dentro de sí la sanidad física**
En la Biblia, la salvación a menudo se presenta como un término integral que abarca la redención espiritual y la restauración en todas las áreas de la vida, incluyendo el bienestar físico (Lucas 1:69-71).
La palabra griega para salvación, “sōzō,” usada en el Nuevo Testamento, puede significar: salvar, mantener seguro y a salvo, rescatar del peligro o destrucción y sanar.
Santiago 5:15 dice que la oración de fe “salvará” al enfermo. La misma palabra griega, “Sōsei,” es la palabra para “salvar” un alma de la muerte en Santiago 5:20.
- **Los discípulos señalaron las sanidades físicas para probar que Cristo resucitó de entre los muertos**
Las sanidades milagrosas no solo sirvieron como testimonio del poder de la resurrección, sino también como marcadores significativos del amanecer de la era mesiánica y la inminente restauración de la creación en todas sus dimensiones, encapsulando la seguridad del bienestar físico renovado, como se describe en Hechos 4:1-14. Si los apóstoles subrayaron los milagros físicos como evidencia de la resurrección de Cristo, ¿cómo se podría argumentar que tales manifestaciones son irrelevantes para un evangelismo impactante en nuestro tiempo?
- **Jesús nunca rechazó a nadie que necesitara sanidad física**
Jesús nos aseguró que nunca rechazaría a nadie que se acerque a Él (Juan 6:37), y según Lucas 6:18-19, las personas lo buscaban tanto para escuchar sus enseñanzas como para recibir sanidad de sus aflicciones. Sorprendentemente, Él “los sanó a todos.” En ninguna ocasión los relatos evangélicos registran un caso en el que Jesús rechazara sanar a aquellos que se le acercaban buscando sanidad.
- **Las escrituras conectan la expiación con la sanidad física**
Algunos estudiosos ven una conexión entre el evangelio y la sanidad física a través de pasajes como Isaías 53:5, que dice: “Por sus heridas somos sanados.” Isaías 53:4 dice: “Ciertamente llevó él nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores.” Esto se interpretó en Mateo 8:17 como: “Esto fue para que se cumpliera lo dicho por el profeta Isaías: ‘Él tomó nuestras enfermedades y llevó nuestras dolencias.’” Además, Jesús dijo que podía probar su capacidad para perdonar pecados sanando a un hombre paralítico (Mateo 9:6-7). El Salmo 103:3 incluso conecta el perdón con la sanidad física cuando dice: “Él perdona todas tus iniquidades, sana todas tus dolencias.”
Según el Dr. Michael Brown, “Isaías 53:5 une estratégicamente peša‘, ‘awon, šalôm y rapa’ — transgresión, iniquidad, bienestar y sanidad: Los sufrimientos del siervo producirían una restauración completa para su pueblo enfermo por el pecado.” De hecho, Jesús implicó que la sanidad era “el pan de los hijos” (Mateo 15:26-28).
- **Fundamento Bíblico**
La Biblia proporciona numerosos ejemplos de sanidad divina a lo largo del Antiguo y Nuevo Testamento. En el Antiguo Testamento, vemos relatos de sanidades milagrosas realizadas por profetas como Elías y Eliseo, demostrando el poder de Dios para sanar diversas enfermedades. En el Nuevo Testamento, Jesucristo realizó innumerables sanidades, devolviendo la vista a los ciegos, permitiendo que los cojos caminaran y curando diversas enfermedades. Además, Jesús instruyó a sus discípulos a sanar a los enfermos y expulsar demonios en su nombre, enfatizando la importancia de la sanidad divina como una manifestación del reino de Dios en la tierra.
- **Testimonios Personales**
Incontables cristianos en todo el mundo han experimentado de primera mano el poder transformador de la sanidad divina en sus vidas. Nuestra iglesia local se construyó en los años 80 mediante una combinación de evangelismo y viendo cómo Dios sanaba milagrosamente a muchos. A través de la oración, la fe y la imposición de manos, muchas personas han sido sanadas de enfermedades físicas, heridas emocionales y aflicciones espirituales. Estos testimonios personales son recordatorios poderosos de la fidelidad y compasión de Dios hacia su pueblo. Al compartir estas historias de sanidad y restauración, los creyentes pueden inspirar a otros a confiar en la capacidad de Dios para traer sanidad milagrosa a sus propias vidas y comunidades.
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